Vestido de pingüino

Cuando uno intenta comunicar cualquier cosa, elabora un mensaje y lo expone. Si despues de exponerlo ha de andar dando explicaciones y aclarando lo que quiere decir, podemos pensar que el mensaje no era bueno. Defectuoso al menos.

En algunos casos, el defecto alcanza cotas de 'gilipollez' como ocurre con el tema de las performances. Cuando cuatro o cinco -porque siempre son pocos-, en plena calle, te organizan una representación pseudo-teatral vestidos de pingüinos haciendo poses y caminando como patos por el centro de Madrid y necesitan explicarlo, necesitan aclarar que eso 'simboliza' la amenza del cambio climático sobre el planeta y sus devastadoras consecuencias con las que nos fustiga el eco-negocio, yo me echo a temblar. ¿Eso es también cultura?... Mensaje equivocado. Mensaje defectuoso. Mensaje ridículo.

Que una televisión, en sus informativos de prime time, dé cabida a semejante simplonada, llevada a cabo por ¡15 personas!, (parece una cantidad socialmente poco representativa ¿no?) sólo se explica por el momento de esplendor que vive la conspiranoia climática. Si eso lo hacen 15 para pedir la subida de las pensiones o la regeneración democrática de las instituciones ... ya sabemos que pasaría.

Tengo la impresión de que en algunos casos se vive 'muy calentito' bajo el manto protector del activismo ecologista. Claro que no tan calentito como nuestro amigo el de la foto que parece conocer el sentido exacto del 'cuidado natural'.


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