miércoles, 13 de febrero de 2008

Genética y otras hierbas (II)

Dejábamos la primera entrega de esta serie sobre la genética con una reflexión en clave humorística sobre las seudociencias y su capacidad penetrativa y con la 'hipérbole' en la que sugería de la utilización de referencias científicas para justificar las conductas más injustificables. Exageración no exenta de cierta dosis de realismo.

Pero hablábamos también de GATTACA, excelente película de Andrew Nicol, y que, creo, justifica por sí misma otra reseña en esta tormenta que venimos compartiendo desde hace ya algun tiempo.

Para quién no la haya visto aún, -¡error subsanable!-, una sociedad a caballo entre la nuestra y un futuro digno del 'mundo feliz' de Huxley, aprovecha su dominio de la genética para fomentar la eugenesia selectiva, creando hombres y mujeres perfectos, libres de sus taras hereditarias y destinados desde su nacimiento a las tareas propias de su carga genética. Los 'escalones prestados', los nacidos sin alteración genética previa, concebidos al 'estilo tradicional' ocupan los lugares más bajos de una sociedad en la que, pese a estar prohibido, un vistazo a su ADN les condena al racismo genético, al genoísmo, al racismo social. Un 'escalón prestado', Vincent Freeman, toma consciencia de que su futuro no está escrito en sus genes y juega 'las cartas de otro' para cumplir su sueño de viajar al espacio. A fin de cuentas, se dice en el film, 'no hay gen para el espíritu humano'.

En GATTACA se aborda una de las cuestiones, desde luego no la única, que preocupan de la aplicación de la ingeniería asociada a la genética. El transhumanismo, en lo que a la faceta de selección genética, a la eugenesia, el establecimiento de límites en lo que sería o no objeto de descarte genético ser refiere, gravita sobre toda la película con temas que en un principio parecieran muy lejanos de nuestro día a día, pero que, ante los avances de la ciencia en estas materias, se plantearán estos dilemas muy pronto a una sociedad desprevenida.

Temas de reflexión como el que discutía el director en la presentacion del film: "Odiaría a alguien que vea mi película y piense que es partidaria de no entrometerse con los genes, porque hay y habrá muchas cosas positivas que llevar a cabo con esta clase de ciencia en cuestiones de salud. El problema es la borrosa linea que separa la salud del "doping genético". ¿Cómo de lejos quieres llegar? ¿Consideras como enfermedad la miopía? ¿Y la calvicie prematura? ¿Dónde trazarías la linea?".

Y no solo genoísmo, sino racismo económico porque, como muchos sospechamos, los avances maravillosos de la ciencia y sus beneficios no inundarán a la sociedad por igual. Las condiciones económicas individuales por desgracia temo que serán determinantes. Algo nada aventurado que pertenece al presente, no al futuro, como el acceso a ciertos medicamentos en el tercer mundo.

En cualquier caso, una dirección eficaz, una bellísima fotografía, buenas interpretaciones y un inteligente guión alejado de lo convencional dejan una incertidumbre sobre el futuro que inquieta.
Para unos tiempos preocupados por la insulsa vida sentimental ajena y por coleccionar 'frikis' compitiendo por hacer el bobo en televisión, se agradece una revisión de una película con tantos matices.

Hasta la banda sonora de Michael Nyman, con su impersonal estilo habitual, contribuye a esa visión distópica, cyberpunk, sin moralinas innecesarias pero con algun mensaje para el optimismo en un futuro no descartable.

Una frase de su protagonista Vincent Freeman/Jerome Morrow, da una idea del tono del film: "They used to say that a child conceived in love is a child of happiness. They don't say that anymore".



http://www.imdb.com/title/tt0119177/

P.S.: Interesante ojear los créditos para comprobar que uno de los productores de esta película es, inesperadamente ¡Danni DeVito!. Agradable sorpresa.

No hay comentarios: