Que lo firme

Uno de los viejos amigos de este blog, el obispo emérito de Pamplona Fernando Sebastián, ha vuelto a hacer de las suyas.

Ya advertíamos de la tendencia cavernícola de este ensotanado que, en una de sus homilías, ha exaltado la muerte de Jesucristo "sin sedación paliativa". Así arremetía contra todos los que, mas o menos faltos de la valentia nacionalcatólica, nos negamos a morir entre alaridos si así se presenta la cosa.

Los que estamos a favor de la eutanasia, activa, pasiva, neutra o multicolor no pretendemos que se imponga contra su voluntad a nadie. El asunto de las creencias es sumamente importante para cada uno y cada cual, con su alma en su armario, debe decidir como ventila los asuntos de lo humano y -si cree en eso- los del más allá.

El interés de estos mangurrinos de meternos con calzador sus creencias a todos, el inyectar su vision carpetovetónica del mundo a todo quisque desde la mas tierna infancia me tiene realmente harto. Si este viril obispo prefiere la muerte heróica, si cuando le llegue su hora se plantea entre horrible sufrimientos, pues nadie se lo impide. Que le quiten el colchón de la cama de su habitación, seguro de clínica privada, y que le mortifiquen un poquito. A fin de cuentas el sufrimiento es como el quitanieves de las autopistas al cielo.

Pero que lo firme. Por si acaso el maligno le tienta en sus últimos momentos y presa de las debilidades de la carne, se deja llevar por los amables brazos del morfeo de la sedación paliativa. Y nada nos preocupa más que la pureza de su alma camino de los cielos.


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