viernes, 8 de febrero de 2008

La Puta de Babilonia y el ADSL

Uno de los libros que han caído en mis manos últimamente y que he leído con "auténtica devoción" es el del colombiano-mexicano Fernando Vallejo. Descreído, radical y brutal, Vallejo disecciona como experto cirujano los 2000 años de infamias y barrabasadas perpetradas por esa organización llamada Iglesia Católica Apostólica y Romana, en adelante ICAR, para dejar la descubierto el auténtico germen del problema. A su entender, ni tan siquiera la figura de Jesucristo es real ni histórica, cuanto mucho menos divina. A pesar de su tono implacable no le faltan a Vallejo documentación ni información sobre la iglesia como para poner en tela de juicio hasta sus dogmas mas 'sagrados'.

Comparto prácticamente todas las posiciones que defiende Vallejo en esa materia -excepción hecha de sus exabruptos- y entiendo que ha sido, como él mismo reconoce, inconsciente y temerario al calificar como lo ha hecho a la ICAR y a los seguidores de Mahoma; son confesiones éstas tradicionalmente poco tolerantes con que se cuestionen sus autoridades, ni las morales ni especialmente las terrenales. Comparadas con lo dicho por Vallejo, las polémicas caricaturas de Mahoma son tan inofensivas como los recortables de la casita de las muñecas.

Prefiero, no obstante, el estilo metódico y demoledor del teólogo aleman Karlheinz Deschner en su insuperable "Opus diáboli. 14 ensayos irreconciliables del trabajo en la viña del señor", publicado por Yalde. Martillo pilón teutónico que recomiendo a todo aquel que quiera iniciarse en la navegacion por 'las procelosas aguas de la duda y la razón'.

Mis padres, rara avis para su tiempo, facilitaron a mis hermanos y a mi un entorno razonable y lo menos teledirigido posible para que eligiesemos nuestro camino en las cuestiones de creencias y fé. El mínimo proselitismo y acciones encaminadas a generarnos el menor conflicto posible, tanto en lo social como en nuestro propio crecimiento intelectual. Y así cada uno de sus hijos ha desarrollado su espiritualidad por donde mejor ha entendido y ha podido. No obstante a haberlo hecho ya en privado, no quiero dejar de agradecerles esa actitud aquí, en público. Es muy generoso entender que los hijos tienen su propia vida interior, aún si sus padres piensan que no es la mejor o que incluso pueden estar equivocados. Sin imposiciones en las tiernas edades de la indefensión. Ese respeto es una prueba mas del amor que nos han profesado y que reconozco solemnemente aquí.

Fui bautizado en un ejercicio de responsabilidad por mis padres, que supieron equilibrar el hecho social, para no acarrearnos marginacion o dificultades, con una enseñanza libre y respetuosa que evitase que el bautismo se convirtiera en un lavado de cerebro o en una merma de nuestras posibilidades de desarrollo personal. Pero que quede claro que, sean cuales sean los pasos que me han llevado formar parte de ella y sean cuales sean ahora mis motivos, no deseo seguir perteneciendo a esta organización.

Pretenden, el estado y la ICAR, cada uno con sus rersponsabilidades, que yo señale a mis padres, que diga que he sido víctima de una 'complot' por su parte por el hecho de ser bautizado. Que diga de ellos que fueron desleales, aunque bienintencionados, conmigo al hacerlo, para utilizar ese argumento como una estrategia leguleya destinada a acabar consiguiendo lo que en justicia, en derecho y atendiendo a la lógica, no debería de requerir mas que un mero trámite. Que no deseo pertenecer mas a esa entidad. Que me amparo en mis derechos, recogidos en la Ley de proteccion de datos de caracter personal, y sobre todo en la Constitución Española para dejar claro que quiero que se curse mi baja. Que se me elimine de sus registros. Sin necesidad de declarar ante ningún organismo de ningun tipo sobre mis creencias religiosas y sobre todo y bajo ningún concepto, de acusar a mis padres de nada en absoluto, lo que sería por mi parte una autentica felonía.

Para darme de baja de un club de ajedrez no he de entrar en profusas explicaciones sobre si me aburre la defensa siciliana, o si Alekhine ya no me parece ese furioso jugador. Solo pido la baja y se me concede; igual da si es porque me interesa ahora más el 'petit point' como a Pernando Barrena. Pues con la ICAR no debería haber diferencia. Todo lo que no sea eso son monsergas. Y privilegios. Sospecho que las dificultades para desvincularse de ella están directamente relacionadas con las aportaciones económicas que reciben del estado por el hecho de mantenernos en sus ficheros engordando el número de sus fieles.

En definitiva, en este país nuestro de maría santísima, es mas difícil darse de baja de la ICAR que de una línea de ADSL. No hay quien quite a estos grajos un privilegio injusto, ni con tósigos por vía antifonaria. Con la ICAR hemos topado Sancho. Que nos pille confesados.



http://www.apostasia.es/

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